La leche de protección solar, un aliado que no debes descuidar
Desde los primeros días soleados, la leche protectora solar es uno de los imprescindibles que no debes olvidar, especialmente si tienes la piel sensible o si se trata de proteger la de tus hijos. La leche protectora solar de muy alta protección índice 50, es sin duda, la más adecuada para ti.
¿Por qué usar una leche protectora solar?
Aunque existen varios formatos de protectores solares (aceite, spray, gel…), la leche y la crema son los más utilizados. Mientras que la crema es más espesa y puede ser un poco más difícil de aplicar, la leche, en cambio, se desliza fácilmente, para una aplicación generosa y sencilla, especialmente en la piel de los niños.
Usar un protector solar ayuda a proteger tu piel de la deshidratación, pero sobre todo de las quemaduras solares y las quemaduras. Aquí se trata de preservar tu capital solar, evitar molestias y prevenir el envejecimiento prematuro de la piel.
La leche protectora solar SPF 50 de Corine de Farme tiene una textura fluida, no pegajosa y transparente, que resiste al agua y resulta agradable de usar. Además, el monoï de Tahití en su fórmula le confiere un aroma suave, delicioso y dulce que no querrás dejar de usar.
Nota: la leche protectora hidratante + SPF50 ofrece una protección eficaz contra los UVA y UVB, gracias a filtros de alto rendimiento y fotostables (un filtro fotostable mantiene su eficacia durante toda la exposición al sol siempre que su poder protector no se vea alterado por los rayos UV).
¿Qué tipo de protección solar elegir?
Para elegir bien tu protección solar, necesitarás reunir información como tu tipo de piel y su fototipo, el índice de protección necesario, tus preferencias en cuanto a textura y el uso que le darás a tu crema solar.
Por ejemplo, si tienes la piel grasa, opta por una fórmula muy ligera como una bruma solar o un gel. Por el contrario, si tienes la piel seca o muy seca, prioriza las cremas y bálsamos solares con efecto nutritivo.
El fototipo corresponde al grado de reactividad de tu piel. En principio, cuanto más clara es la piel, más reacciona a la exposición solar. El fototipo 0 es el de los bebés, mientras que los fototipos 5 y 6 corresponden a pieles morenas, oscuras o negras.
Por último, el índice de protección, indicado por la mención SPF (Sun Protection Factor), se refiere al efecto retardante de una crema o leche protectora contra el sol. Un SPF50 indica que el tiempo de exposición solar antes de una quemadura puede ser hasta 50 veces mayor que sin protección.
Ten en cuenta que, si practicas deporte o piensas bañarte, es interesante utilizar una leche de protección solar resistente al sudor y al agua.
Aplicar y renovar bien tu leche contra las quemaduras solares
Para una máxima eficacia de tu protección solar, las Sacrées Natures Corine de Farme te aconsejan aplicar unas 7 cucharaditas de leche solar en todo el cuerpo y rostro.
No dudes tampoco en renovar regularmente la cantidad de protección solar aplicada, especialmente en las zonas más sensibles (donde la piel es más fina), en las horas más calurosas y después de sudar o bañarte.
Sin embargo, ya no es necesario aplicar tu leche corporal antisolar en casa. La mayoría de las protecciones hoy en día son eficaces de inmediato.
Un buen hábito consiste también en aplicar crema solar cada día en verano, especialmente los fines de semana o durante las vacaciones, cuando disfrutas del exterior. Si también usas una crema de día o un gel limpiador bio para el rostro, aplica tu protección solar después de este.
Otro consejo: utiliza un aceite seco para broncear.
Las leches de protección solar Corine de Farme: también para niños
La leche de protección solar Corine de Farme también está disponible en versión Kids para la mayor protección de tus hijos. La leche protectora rostro & cuerpo SPF50+ KIDS – 150mL con monoï de Tahití deja la piel muy suave y bien protegida.
Sin perfume e hipoalergénica, es perfectamente adecuada para la piel frágil de los niños y su protección contra los UVA y UVB. Para aplicarla correctamente, asegúrate de usar al menos 4 cucharaditas de leche, distribuidas en el cuerpo y rostro de los más pequeños.