Realizar un tratamiento facial en 30 minutos
Cada semana, es imprescindible dedicar tiempo a la piel. Un cuidado facial de 30 minutos permite revitalizar el brillo de las pieles apagadas, absorber el sebo de las pieles grasas o nutrir intensamente las pieles secas. Idealmente, hay que dejar que la epidermis respire y disfrutar del cuidado, sin maquillaje.
Cada semana, es imprescindible dedicar tiempo a la piel. Un cuidado facial de 30 minutos permite revitalizar el brillo de las pieles apagadas, absorber el sebo de las pieles grasas o nutrir intensamente las pieles secas. Idealmente, hay que dejar que la epidermis respire y disfrutar del cuidado, sin maquillaje.
La limpieza de la piel
A cada tipo de piel, su limpieza. Las pieles grasas prefieren texturas en forma de gel espumoso, para purificar profundamente la piel. Las pieles secas deben privilegiar las leches desmaquillantes. Cremosas, con o sin enjuague, preservan la película hidrolipídica.
Para los tipos de piel, el aceite desmaquillante permite borrar todas las huellas del maquillaje. El agua micelar es adecuada para un desmaquillado rápido sin dejar rastros. En un algodón, captura las impurezas en las micelas.
El exfoliado de células muertas con la exfoliación
El peeling es un método mecánico para desincrustar la piel, de todas las células muertas que se acumulan en ella, a pesar de la limpieza diaria. Con microbilles o pequeños granos, la piel queda lisa y suave como el terciopelo. Ideal para renovar la piel, la exfoliación limpia y tonifica el cutis, eliminando todas las huellas de contaminación.
Tratar la piel con una mascarilla semanal
Con un tiempo de aplicación entre 10 y 15 minutos, la mascarilla ayuda a actuar en profundidad sobre la piel. Su acción puede ser múltiple: unificadora, nutritiva, antiedad y revitalizante. El objetivo es dar más brillo, alisar la piel, calmarla o, por el contrario, aportarle energía. La tendencia es a las mascarillas de tela o productos que forman una película al secarse y retirarse como una segunda piel.
La hidratación con una crema adecuada
Después de estos diferentes cuidados sucesivos, es indispensable hidratar la piel. Al dejar la epidermis desnuda, la piel puede tironear y faltar de confort. Elige una crema adecuada a tu tipo de piel.
Las pieles grasas no deben optar por un cuidado demasiado rico, como la manteca de karité, por ejemplo, para evitar imperfecciones o acné. Por el contrario, las pieles secas deben aplicar cremas que equilibren la piel y eviten la aparición de manchas de sequedad, antiestéticas bajo el maquillaje.
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