¿Cómo prevenir y tratar las dermatitis del pañal?
Probablemente, en algún momento, su bebé tendrá una dermatitis del pañal o dermatitis irritativa del área del pañal, a pesar de toda la calidad de los cuidados de la piel que pueda brindarle. La piel de un bebé es muy frágil y en la zona del pañal, la oclusión causada por los pañales (incluso de excelente calidad), el contacto repetido de su piel con las heces y la orina muy frecuentes debido a la incontinencia fisiológica (a veces hasta 10 a 15 deposiciones o micciones al día), provocan una maceración en este ambiente húmedo; un factor muy irritante que se agrava por la posición acostada, la fricción y, a veces, por cuidados demasiado frecuentes con productos inadecuados.
La dentición y los cambios en la alimentación suelen ser acusados sin pruebas formales: el aspecto más frecuente es la dermatitis del pañal de las zonas convexas, llamada en w. Se trata de una lesión de color rojo vivo, que afecta las zonas convexas de las nalgas, pero respeta los pliegues (dibujando así una W), pudiendo extenderse al pubis y a la parte superior de los muslos.
La prevención se basa en realizar cuidados perfectamente en cada cambio de pañal. La higiene de la zona requiere un producto que respete las especificidades de la piel del bebé en cuanto el pañal esté sucio. Un agua micelar limpiadora es suficiente si solo hay orina. Si la zona está más sucia, es mejor utilizar una leche limpiadora hidratante (o linimento oleocalcáreo: a discutir) hipoalergénica y con pH neutro. La limpieza se realiza de adelante hacia atrás, insistiendo en los pliegues de ambos lados. Luego, el secado debe ser lo más perfecto posible. Finalmente, puede aplicar una crema protectora en una capa gruesa y uniforme para prevenir o calmar las rojeces.
El tratamiento se basa en reglas de higiene simples: luchar contra la maceración y la irritación. Lave la zona con un detergente suave (syndet o aceite limpiador), enjuague bien con una ducha tibia, seque dando golpecitos y no frotando. Hay que evitar la maceración mediante limpiezas frecuentes. Dejar la zona al aire es ideal, pero rara vez posible. Si no, utilice pañales absorbentes o de algodón, menos agresivos, con al menos ocho cambios al día. Las cremas protectoras a base de zinc y/o cobre son útiles para proteger la piel de las heces y la humedad cuando las lesiones empiezan a secarse.
Evite siempre el talco.
Normalmente, las lesiones cutáneas deberían mejorar rápidamente. Si no es así, consulte a su médico, quien comprobará si hay una sobreinfección.