¿Cómo gestionar el tiempo de sueño del bebé según su edad?
El sueño de tu bebé se organiza y madura progresivamente con el tiempo.
Al nacer, no hace ninguna diferencia entre el día y la noche. Su sueño se fragmenta en períodos de 2 a 4 horas (aproximadamente 2 horas si está amamantado). Solo se despierta para satisfacer sus necesidades primarias, como comer para calmar su hambre. Su reloj biológico, que regula los períodos de vigilia y sueño, aún no está ajustado. De hecho, el recién nacido pasa progresivamente de un ritmo ultradiano (alternancia de vigilia y sueño cada 3-4 horas) a un ritmo circadiano de 24 horas. Los ciclos de sueño realmente se establecen alrededor de los 4-5 meses. Así, el ritmo día-noche se instala normalmente y de forma natural antes de los 6 meses, con una gran variabilidad de un niño a otro, ya que algunos bebés pueden adquirirlo desde la tercera o cuarta semana. Durante los primeros tres meses, estos ciclos ocurren en períodos repetidos durante las 24 horas, intercalados con fases de vigilia principalmente rítmicas por la sensación de hambre o saciedad.
La duración del sueño es de 23 horas en promedio al nacer, de 16 a 18 horas a los 3 meses. Progresivamente, los ciclos de sueño se irán fusionando en un solo bloque que las exigencias sociales deben llevar a conciliar con la noche. De 3 meses a 3 años. La duración total del sueño disminuye lentamente. Es de 14 a 16 horas al año, de 12 a 14 horas a los 3 años (de las cuales 2 horas son de siesta).
Por lo tanto, debe ayudar a su hijo a estructurar bien su sueño durante sus primeros meses de vida, esto le facilitará el futuro:
- Para facilitar la diferenciación entre el día y la noche, cuando lo alimente por la noche, hágalo en calma, atenúe la luz, intente no hablarle y cámbielo muy delicadamente en su cuna, solo si es necesario.
- Las siestas pueden hacerse fuera de la cuna y a la luz durante las primeras semanas. En cuanto el niño empiece a diferenciar mejor el día de la noche, las siestas deben hacerse en su cuna y en penumbra, para favorecer un sueño largo y reparador.
- Respete estos ritmos de sueño, no lo estimule demasiado durante el día, adopte un ritmo de vida tranquilo y equilibrado, sin nerviosismo ni agitación y sobre todo tenga en cuenta sus necesidades alimenticias, ya sea al pecho o con biberón, que siempre tenga lo que necesita . Verifique su comodidad, ni demasiado calor ni demasiado frío, bien envuelto, acostúmbrelo a dormirse solo y en su cuna y no en brazos ni mamando. Sepa reconocer sus signos de cansancio. No pierda los momentos propicios para dormirse.
¡Padres, conviértanse en buenos « donantes » de sueño!