Baño relajante: ¡Hazte bien a ti mismo!

Todas y todos en algún momento deseamos aprovechar todas las virtudes de un auténtico baño relajante… para desestresarse, recargar energías, centrarse en uno mismo. Pero, ¿cómo hacerlo para optimizar ese momento de intimidad y calma beneficioso para el cuerpo y la mente? Sigue nuestra guía…

Sal para baño relajante…
En primer lugar, es conveniente elegir productos de belleza para el baño adecuados, que contengan extractos naturalmente relajantes y reposantes. Las sales de baño con lavanda son componentes especialmente indicados en casos de desequilibrio energético (nerviosismo, estrés, ansiedad, depresión, insomnio…). Ayudan a reequilibrar y calmar. Los extractos de algas marinas, ricos en minerales, vitaminas, aminoácidos, ácidos grasos, enzimas… también poseen increíbles cualidades calmantes. Además, protegen la piel de los radicales libres y suavizan el agua calcárea del baño. Entre otras, las sales de baño con mango también contribuyen a la armonía del cuerpo y la mente, y dejan en tu piel un suave aroma muy agradable.

¡Ambiente 100% baño relajante!
Para aprovechar al máximo los beneficios de un baño relajante, es importante seguir ciertas reglas… Sumérgete en un baño a 37°C, ni más, ni menos, durante 15 minutos como máximo. Añade unas cuantas piedras de sal de baño con las virtudes que hayas elegido. En cuanto a accesorios, piensa en velas, luz tenue, música suave… y por qué no, un buen libro o una bebida para disfrutar tranquilamente mientras te relajas en el agua de tu baño. Cierra con llave la puerta de tu baño para asegurarte de no ser molestado. Esta sesión de relajación debe hacerse lo más a menudo posible. ¡Disfrútalo mucho!

Déjate tentar por un buen baño relajante… Aprovecha unos minutos solo para ti, acompañados de productos con virtudes calmantes. Te sentirás mucho mejor de inmediato, y solo querrás una cosa: ¡repetir muy pronto!

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