Bálsamo reparador: ¿en qué casos utilizarlo?

Con una textura espesa, el bálsamo reparador se debe usar cuando la piel está dañada o irritada. El bálsamo actúa como un cuidado SOS, que aporta a la epidermis todo lo necesario para estar protegida. Los ingredientes de sus cuidados son a menudo extremadamente nutritivos, con manteca de karité, cera de abeja, aceite de coco o de oliva, cuyo objetivo es reparar y proteger la epidermis. La piel recupera suavidad y brillo, sin congelaciones.

Un bálsamo protector para la cara y los labios

A menos que lleves una capucha, la cara está expuesta al frío, al viento y a las variaciones de temperatura, que provocan un resequimiento prematuro de la epidermis. Prioriza los grasas para nutrir intensamente la piel, especialmente si tiende a estar seca. Los productos específicos con una mezcla de cuidados son perfectos, como un complejo reparador.

¿Qué ingredientes elegir? La manteca de karité tiene una acción reparadora excepcional. La cera de abeja es un conservante y un solidificante, que tiene virtudes protectoras especialmente en los labios. El aceite de jojoba aporta brillo, tanto a la piel como al cabello. El aceite de coco y de oliva son ricos y proporcionan una hidratación intensa. Los labios pueden estar afectados por grietas e incluso sangrado. Aplica en las mucosas dañadas, bálsamo labial a voluntad.

Una acción reparadora en profundidad en manos y pies

En contacto permanente con el agua o el frío, las manos tienen la vida dura en invierno. En caso de heridas, se vuelve difícil tratarlas. No es raro que la herida se transforme en una grieta muy dolorosa. Las congelaciones, relacionadas con una exposición prolongada al frío o a la nieve, ocurren con mayor frecuencia en personas con mala circulación sanguínea. Dolorosas, las manos están rojas e hinchadas, lo que provoca picazón.

Una crema para manos debe aplicarse al menos 2 veces al día y tantas veces como sea necesario. En caso de heridas, existen apósitos impermeables e incluso sprays que crean una película protectora contra el agua en la piel.

Si en invierno los pies suelen estar protegidos en gruesos calcetines y botas, en verano, entre el mar, la arena, el calor y las sandalias de tacón alto, pueden estar secos. Para colmo de glamour: los talones pueden incluso agrietarse. Es recomendable una buena sesión de pedicura con accesorios como una lima para eliminar callosidades o una piedra pómez. Cuidado de no ir demasiado lejos y debilitar la planta del pie. Solo debe eliminarse la dureza.

Luego, un cuidado nocturno para los pies es ideal, con un bálsamo. Este, aplicado en capa gruesa, nutre, relaja y refresca de manera duradera. Es preferible poner calcetines de algodón para dejar actuar toda la noche. A diario, se puede aplicar una crema hidratante para pies para una piel sin defectos. ¡Para recuperar unos pies muy suaves!

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