Auténtico monoï de Tahití: un aceite precioso que huele a evasión
¿Quién no conoce el monoï? Pero, ¿quién conoce el verdadero monoï de Tahití? Corine de Farme lo fabrica en Francia para ti, y ahora te lo presenta.
¿Qué es el verdadero monoï de Tahití y por qué es tan valioso?
El monoï es un aceite tradicional originario de Polinesia y más precisamente de Tahití. Su nombre significa «aceite perfumado» en tahitiano, y no es para menos, ya que se fabrica a partir de dos ingredientes esenciales: el aceite de coco refinado y las flores de Tiaré (Gardenia tahitensis), también emblemáticas de la región.
100 % natural, su fabricación sigue un proceso artesanal y ancestral. Las flores de Tiaré se cosechan a mano, luego se maceran en aceite de coco durante varias semanas, tiempo necesario para una infusión completa respetando y preservando las propiedades de cada ingrediente, para un aceite de alta calidad.
Por supuesto, existen muchos productos, perfumes y cuidados cosméticos que imitan el aroma del monoï. Pero no poseen sus cualidades. Para marcar la diferencia, primero concéntrate en su composición: el verdadero monoï solo contiene aceite de coco y flores de Tiaré. También fíjate en su origen y en las diferentes etiquetas que puede presentar el frasco.
Por ejemplo, el verdadero monoï de Tahití de Corine de Farme contiene al menos un 99 % de ingredientes de origen natural, para un poder regenerador visible en la piel y el cabello, especialmente después de la exposición al sol.
Los beneficios del monoï para la piel y el cabello
El monoï es conocido por sus propiedades hidratantes y nutritivas, suaviza y protege la piel, especialmente contra los efectos del sol y la sal marina. También se aplica en el cabello para dejarlo sedoso y brillante.
Desde siempre, las mujeres polinesias utilizan el monoï como aceite de masaje y elemento central de sus rituales de belleza diarios. Por ejemplo, después de la ducha o el baño, mantiene la piel hidratada y agradablemente perfumada.
También conocido por sus propiedades calmantes y cicatrizantes, el auténtico monoï alivia las irritaciones cutáneas, las quemaduras solares y las picaduras de insectos. ¡No lo olvides en tu maleta este verano!
Por último, este aceite natural, a menudo considerado sagrado y utilizado en ceremonias tradicionales polinesias, también se ofrece como regalo para simbolizar la pureza, la belleza y el respeto hacia el otro.
¿Cómo usar bien el monoï en el día a día?
La pregunta parece sencilla y, sin embargo, si quieres aprovechar al máximo los beneficios del monoï, es mejor aprender a utilizarlo correctamente.
Sobre la piel seca o ligeramente húmeda, el resultado es satinado y el efecto nutritivo. Después de la ducha, no te seques completamente y aplica una pequeña cantidad de monoï masajeando cuidadosamente. También puedes insistir en las zonas más secas para permitir que el aceite penetre más profundamente. Sobre la piel seca, el efecto es inmediatamente nutritivo y protector contra las agresiones externas.
Para revitalizar el cabello seco o dañado, el monoï debe aplicarse generosamente, insistiendo en los largos y las puntas. Luego, déjalo actuar como lo harías con una mascarilla, durante al menos 30 minutos. Para una acción más profunda, envuelve tu cabello aceitado en una toalla caliente. Una vez pasado el tiempo de reposo, acláralo abundantemente y lávalo usando tu champú suave habitual.
Por último, el auténtico monoï de Tahití te ofrece relajación y bienestar gracias a su fragancia y a sus propiedades relajantes. Como aceite de masaje excepcional o en tu rutina de cuidado habitual, es el aliado de tus momentos de relax, solo o acompañado.
Monoï de Tahití: un secreto de belleza natural y sensorial
El monoï de Tahití Corine de Farme se distingue por su composición 99% de origen natural, para una alternativa saludable y respetuosa con la piel y un uso que minimiza los riesgos de irritación. Por lo tanto, es perfectamente adecuado para pieles sensibles o delicadas.
Usar monoï es como llevarse un poco de las islas consigo. Gracias a una fragancia única que transforma cada aplicación en un placer sensorial, prolonga la sensación de vacaciones y bienestar durante todo el año. ¿Y qué decir del monoï Corine de Farme? Completamente fabricado en Francia, suma a la calidad de su composición el respeto por las normas de fabricación más estrictas.
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