Adopta el hábito 100% natural con nuestra agua limpiadora facial

La limpieza de la piel es una etapa esencial para su buen cuidado. Sea cual sea el método elegido para limpiar la piel (barra, gel, leche o loción), el objetivo es eliminar las impurezas. 

Sólo la limpieza puede eliminar el sebo, las huellas de contaminación y el maquillaje. Sin embargo, la limpieza a menudo es potente y contribuye a eliminar la película hidrolipídica, lo que puede debilitar la piel del rostro. Resultado: la piel seca está aún más seca y la piel grasa duplica su producción de sebo. Un agua micelar facial puede preservar la capa protectora, dejando la piel limpia.

Un tónico para preparar la piel para el maquillaje
Por la mañana, al despertar, la piel necesita una limpieza ligera. Aunque algunas mujeres se conforman con un chorro de agua en la cara, se recomienda preferir una solución limpiadora acuosa. El agua del grifo suele ser calcárea e incluso clorada, lo que puede causar sequedad y enrojecimiento en pieles sensibles. Algunas pulverizaciones de agua termal en spray pueden refrescar y cerrar los poros.

Un agua micelar facial es ideal para aportar frescura a la piel, desde la mañana. La piel está lista para recibir diferentes cuidados. Maquillarse sobre una piel que no está limpia puede favorecer la formación de comedones.

Una loción purificante, perfecta para complementar el desmaquillado
Aceite, gel, leche, fluido… cada uno tiene su método para desmaquillarse. Sin embargo, una pregunta persiste: ¿el rostro está realmente limpio después del desmaquillado? La respuesta suele ser inequívoca: tras pasar un algodón humedecido con agua micelar, este suele estar lleno de impurezas.

El agua ayuda a eliminar las últimas huellas de maquillaje. Ligera, termina el desmaquillado sin dejar una película grasa.

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