¿Qué trucos hay para acostar al bebé y ayudarle a dormirse?
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Por supuesto, todo depende de la edad del bebé y de las circunstancias.
Pero un punto es fundamental:
Es necesario que le guste ese momento de dormir y que le guste hacerlo en su cama, que acepte naturalmente (y por esa necesidad indispensable que es el sueño) dejarte. Pero también que tú aceptes separarte de él.»
- Debe sentirse seguro, dormirse tranquilamente, hay que respetar sus ritmos de sueño (diferentes según la edad y los bebés) y así establecer un ritual para irse a la cama.
- Este ritual debe ser inmutable: por la noche siempre a la misma hora para que se convierta en una referencia tranquilizadora, calmada, tierna y afectuosa que le avise de que es el momento de dormir. Este ritual pasa por un entorno familiar y reconfortante (su cama, su habitación aislada del ruido y la luz por la noche), un pequeño cuento, un abrazo, música, un objeto familiar «doudou», confidencias/secretos, todo está bien siempre que no lo excite y no dure horas… Hay que saber poner límites (sobre todo después de los 6 meses)… ¡si no, es la puerta abierta a todos los caprichos!
- Si lo acunas para dormirlo, acuéstalo en cuanto empiece a adormecerse (debe dormirse en su cama) y sal de la habitación antes de que esté completamente dormido.
- Y si te llama, tranquilízalo con serenidad pero con firmeza. No entres en un círculo vicioso. No te precipites tras el menor llanto después de que se haya dormido. Dale tiempo para que vuelva a dormirse solo. No cedas al biberón para ayudarle a dormirse de nuevo…
- No intentes dormirlo si está excitado (nada de juegos agitados antes de acostarse), nervioso o en medio de un ciclo… en resumen, si no está listo.
- Debes saber reconocer esos pequeños signos de cansancio (bostezos, frotarse la oreja o los ojos, a veces incluso llanto…) signos que anuncian la necesidad de dormir, sobre todo si tensiones familiares, un viaje, un cambio de horario, un cambio de ritmo de vida (guardería) perturban su sueño.
- No elimines la(s) siesta(s) para que duerma mejor. Esto puede tener el efecto contrario.
La calidad del sueño y del quedarse dormido se educa, como siempre, con firmeza serena y amorosa.