¿Qué cuidados necesita mi piel este invierno?
Durante el invierno, la piel necesita ser intensamente nutrida e hidratada, entre el frío, el aire acondicionado, los resfriados... Priorizando los cuidados con activos naturales para ayudar al organismo a prepararse para el invierno. Los productos llenos de vitaminas y minerales son perfectos para estimular la epidermis y potenciar la barrera hidrolipídica, que protege la piel de las agresiones externas.
El aceite de argán, un cuidado multifuncional para mejorar las defensas naturales de la piel
Muy conocido, el aceite de argán se extrae por presión en frío de sus almendras trituradas y molidas. Llamado el oro de los bereberes, este aceite 100% natural es un remedio ancestral utilizado por las mujeres por sus virtudes cosméticas. Así preserva los efectos del envejecimiento y acelera la regeneración de la piel, lo cual es indispensable en invierno.
¿Qué contiene el secreto de belleza de Marruecos? Fuente de juventud para la piel, obtiene sus propiedades de ácidos grasos esenciales, como los omega 3 y 6, además de la vitamina E. Estos antioxidantes son útiles en la prevención de la sequedad de la piel, que provoca la aparición de arrugas y líneas finas.
De múltiples funciones, este aceite se aplica en el rostro, el cuerpo e incluso en el cabello. No graso, no favorece la producción de sebo. El resultado en la piel es inmediato. El aceite de argán mejora la hidratación, nutre la epidermis y hace brillar el cabello, que puede estar opaco en invierno.
Los ojos y las manos, zonas de alta protección durante el invierno
En invierno, los ojos son atacados por el viento y el frío. Tienden a llorar y la sal de las lágrimas daña el contorno de los ojos, muy frágil, lo que puede provocar la aparición de líneas de deshidratación. Por la mañana y por la noche, al limpiar la piel, el agua floral de aciano, aplicada en compresas, ayuda a descongestionar y aliviar los ojos cansados. Aplicado desde el rincón interno hasta el externo, el cuidado del contorno de ojos actúa como una crema fatigante, reafirmante y alisadora, con el fin de reducir bolsas e hinchazón.
Las manos están muy expuestas al frío, lo que puede provocar congelaciones e incluso grietas. Dolorosas, estas heridas tienen dificultad para sanar, especialmente si se está en contacto regular con agua o productos de limpieza. Se aplica un cuidado reparador de manos dos veces al día, para tener manos suaves, intensamente hidratadas y fortalecer las uñas. Para manos muy dañadas, extienda el cuidado en capa gruesa y coloque un par de guantes de algodón durante la noche. Este cuidado reconfortante es perfecto para recuperar unas manos completamente nuevas.
Por la noche, para favorecer la relajación y el sueño, un masaje en las articulaciones (cuello, codos, muñecas, rodillas y tobillos) ayuda a relajarse y prevenir dolores, que pueden aparecer debido a cambios en el clima (humedad, viento), incluso en personas jóvenes. Una manteca corporal es ideal para un masaje largo, con movimientos circulares, para que penetre en la epidermis.