Elegir bien tu crema solar protectora para los deportes de invierno

En la montaña, no se puede pasar por alto la protección solar. En versión alpina, la crema debe proteger contra la reverberación de los rayos del sol, mucho más fuerte en altitud. La falta de protección solar puede causar quemaduras graves en la piel.

Desde la más temprana edad, se recomienda aplicar una crema protectora solar, con un SPF alto (factor de protección solar). También se deben proteger las mucosas, con una máscara de esquí para los ojos y un bálsamo labial con protección anti-UV.

Un peligro en la montaña: la fuerte reverberación de los rayos solares
Los rayos UV en la montaña son particularmente intensos y peligrosos. ¿Hay alguna diferencia con el sol estival? Debido a las bajas temperaturas, no es raro dejarse engañar por el sol. Sin embargo, este puede ser especialmente temible: las reverberaciones pueden alcanzar el 90% en la nieve fresca, mientras que en el mar, solo son del 20%.

¿Qué se puede temer del sol en la montaña? Una exposición solar incluso corta puede causar quemaduras, oftalmía de la nieve o alergia solar. En dosis altas, acelera el envejecimiento de la piel.

Una protección óptima para limitar las quemaduras en la piel
En forma de aceite, leche, crema o spray, es fundamental aplicar una pantalla total.

Durante las vacaciones de esquí, en las primeras exposiciones, la crema solar debe tener un índice de 50 para evitar cualquier riesgo de quemadura. Con el tiempo, se puede reducir a un índice de 30. Por debajo de un SPF de 30, la piel no está protegida adecuadamente.

La nariz y las orejas son las zonas del rostro en las que hay que insistir y aplicar la crema en capa gruesa. Entre el frío, el aire seco y el sol, los labios pueden sufrir de grietas: solo un stick labial puede nutrir y reparar en profundidad.

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